Artículos de Opinión

Después de una conferencia que dio en Valparaíso, don Jacinto Benavente pidió un automóvil para regresar al hotel.

A la entrada del Hotel Astur, lo esperaba un grupo de sus festejantes, entre ellos Berta Singerman y su marido. Don Jacinto, distraído como todo hombre inteligente, olvidó pagar el automóvil.

El ágape que ofreceríamos esa noche al visitante nos dejó sin un céntimo. Victoriano Lillo miró a Enrique Ponce, Enrique me miró a mí, yo mire a Julio Walton, que regresó al coche resuelto al sacrificio. – A la Plaza Victoria, ordenó.

Llegando a ella, pidió al chofer: - esperé un poco, recogeré a unos amigos... y se fue caminando... caminando... caminando, hasta regresar al hotel.

 

 

Este contenido es parte de los manuscritos del libro Puelche, que María Lefebre preparaba antes de su partida.

Para saber más, pincha aquí.

ADQUIRIR LIBRO PUELCHE

 

 

Secciones

Vida y Obra

Explorar

Puelche

Explorar

Sobre María

Explorar

Tarot Lefebre

Explorar