Don Arturo me regaló tres de sus libros orientados a la solución de los problemas sociales.
Emocionada, miré las dedicatorias... y dije: Por favor don Arturo, dónde ve todo eso en mí. .... el inolvidable amigo contestó sonriendo: Yo veo en ti mucho más de lo que tú ves...
En otra ocasión, con María Antonieta Garáfulic tomábamos té con nuestro querido amigo Don Arturo, que esa tarde hacía derroche de buen humor. En medio de la charla contemplé un cuadro colocado en el muro, a poca distancia, y pregunté: - Dígame don Arturo, ¿esa vaca es de Rebolledo Correa?. Muy serio, me respondió: - Sí, es pintada por Rebolledo; pero tendrás que comprarte anteojos María, fíjate bien, es un toro.