El famoso director de orquesta Erich Kleiber, en su primer viaje a Chile, dirigiendo uno de los ensayos de la orquesta sinfónica de Chile, notó el atraso de Filiberto Baronti, primer violín. A la llegada de éste, le preguntó: ¿Qué le pasó maestro?.
Baronti explicó que acababa de nacer su primer hijo.
Muy solícito, Kleiber averiguó: ¿y que fue? – niñita, contesto Baronti, lleno de felicidad.
Pasó el tiempo. En su segundo viaje, y en el primer concierto que le tocó dirigir, alguien le dijo: - Acaba de nacer el segundo hijo de Baronti.
Al dirigirse Klaiber hacia la tarima de director, se acercó a éste preguntándole: ¿y que fue maestro?.
Ya sin el entusiasmo de la primera vez, Baronti contesto: Niñita maestro.
Lo felicito, pero le aconsejo cambiar el golpe de arco, dijo Kleiber, continuando su camino.