Roberto López Meneses, poeta de fina sensibilidad, recibió la visita de su amigo, el doctor Oscar Donoso Barthé, famoso espadachín revolucionario de la federación de estudiantes del año 20.
La esposa de Roberto conocedora de la amistad que los unía, lo invitó a cenar. Para festejarlo, gustosa sacrificó la gallina que Roberto había criado desde chiquita y que constituía un verdadero problema, ensuciando la casa y rompiendo lo que estaba a su alcance.
Una vez en la mesa, precedida de un rico consomé, apareció la gallina en una fuente, estofada con toda exquisitez. Roberto, de una sola mirada comprendió la tragedia; aduciendo un fuerte dolor de estómago se negó terminantemente a probar un bocado, pese a la insistencia de su amigo, que ponderaba las excelencias del plato. Luego, pasaron a tomar el café al escritorio. Oscar interrogó:
¿Qué te sucede, hombre?¿Tienes algún problema?¿Qué te pasa?
Roberto lloraba silenciosamente, hundido en un sillón.
Por favor – insistió Oscar- ¿puedo servirte en algo?
Un poco mas calmado, pero siempre llorando, López respondió:
- ya no... te acabas de comer a mi gallina regalona.